En un principio creía que las bendiciones de Dios provenían de recibir cosas y momentos que te hacían sentir bien, momentos que has anhelado o regalos que provengan de terceras personas, pero pude comprender que la verdadera bendición de Dios proviene de los momentos que Dios pone en frente tuyo para que puedas ayudar a otras personas que puedan necesitar algo de ti sin necesidad de que estos soliciten tu ayuda, pude comprender que el verdadero placer se encuentra en dar, y que no existe mayor gozo para el corazón que ver la sonrisa de alguien y recibir el agradecimiento por recibir tu ayuda, no existe nada más gratificante, la verdadera bendición que Dios manda a tu vida son determinados momentos en los que te encuentras en la potestad de poder ayudar y desprenderte de algo que llevas contigo, el poder sorprender a alguien con un momento inesperado en el cúal puedas cambiar su día y su pensamiento, brindándole una esperanza a su corazón y mostrándole que no es necesario el pedir para recibir, ya que haciendo esto siembras una semilla en el corazón de las personas, y estas al ver que han recibido algo desinteresadamente harán lo mismo con todos sus hermanos, también pude comprender que es erroneo el pensamiento de dar para recibir, ya que esto incita a la conveniencia y al dar algo con la intención de recibir algo a cambio, el verdadero pensamiento es el dar sin querer recibir nada a cambio, y es allí cuando entiendes que estas recibiendo más de lo que das, porque si el mundo es vanidad al igual que todas las adquisiciones que puedas recibir, que es lo verdaderamente valioso?. Indudablemente el valor de la vida esta en el poder dar, el poder ver una sonrisa, el poder regalar una esperanza, el poder cambiar los momentos de una persona, sin importar quien séa. hacerlo simplemente por amor y porque tienes la disposición de dar, sin importar que lo que dés en un principio haya sido pensado para ti, cuando das algo que querías que fuese tuyo es cuando más valor toma aquello que das, porque te desprendes de algo que querías para ti mismo, y verdaderamente no importa la recompensa, ni siquiera importa si la persona a la que le entregas algo te da un agradecimiento, el verdadero valor esta en dar porque tu corazón se gratifica y siente gozo en hacerlo.

ESPÌRITU SANTO DE DIOS 10/09/2021